Hay algunas características que acompañan a la amabilidad:
1. La amabilidad está acompañada por el dominio propio.
La verdad es que proceder amablemente es todo un ejercicio de auto control, porque lo que a veces uno quiere es como gritarle a otro hasta de lo que se va a morir, pero eso no arregla nada. Son manifestaciones de cólera que no producen avance en negociaciones, y menos puentes de sanas relaciones. Y como está el mundo hoy, pueden generar situaciones graves de amenazas, y hasta revanchas.
2. La amabilidad está acompañada por una actitud pacificadora.
Debemos buscar estar en paz con todos, y si algo ayuda es ser amable. La gente que no es amable son dados a los pleitos, a ser pendenciero, iracundo, y polémico. Cosas que no proveen buen ambiente para que haya paz.
3. La amabilidad está acompañada por el respeto.
Todas las personas son dignas de respeto. Que cometan errores no quiere decir que les podemos faltar el respeto. Y esto que digo es muy frecuente, seguro que hemos sido víctimas, hemos fallado en algo y algún superior nos trató sin respeto. Podemos ser firmes con las fallas de los demás, pero dentro del marco del respeto. Suena fácil decirlo, pero practicarlo es otra cosa, y lo que nos ayuda a mantener la amabilidad es recordar que todos los seres humanos son criaturas de Dios, conforme a su imagen y semejanza, por tanto, dignos de respeto.
4. La amabilidad está acompañada de honra.
La amabilidad es una herramienta extraordinaria para mostrar honor hacia otra persona. Si honras a tu padre y a tu madre, la forma de tratarlos en con amabilidad. Si honras a tu jefe la forma de tratarlo es con amabilidad. Si honras a un amigo, igual. Si honras a una señora mayor, la forma de mostrarlo es con amabilidad dándole la mano para ayudarla a levantarse, o poniéndonos de pie para saludar, o darle nuestro asiento.
5. La amabilidad está acompañada por el gozo.
La gente amable es gente alegre. Su rostro expresa amistad, no desconfianza, enojo, o furia. Proyectan ser personas tratables. La gente amable no es invivible. Conocí a un señor que yo mismo se lo dije: “usted es invivible”, siempre molesto, siempre viendo lo malo, siempre juzgando, siempre defendiéndose, siempre creyendo tener la razón, siempre inflexible, siempre sin gozo.
6. La amabilidad está acompañada por el servicio.
La amabilidad está emparentada muy de cerca con el servicio. No ha caído algo al suelo cuando el amable ya va recogiéndolo. El amable está siempre alerta para ver como puede servir a otro. Si ve que lleva varias cosas, corre para socorrerle ofreciéndose para ayudarle. Y si no le permiten hacer algo a favor de alguien, insiste para que se lo permitan. Y recuerden que servir es uno de los hijos del amor, sino el mayor, uno de los hijos más congraciados.
7. La amabilidad está acompañada por la consideración de nosotros mismos.
Todos quisiéramos que los demás fueran amables con nosotros, ¿quién no? Entonces cómo queremos que los demás hagan con nosotros, seámoslo nosotros con los demás. No tratemos con dureza a los demás, para que recojamos que nos traten con suma gentileza, pues todo lo que siembras recoges.